lunes, 31 de diciembre de 2012

PARQUE LA ALAMEDA




La Alameda es el parque más antiguo de Quito, conocido antes por los indios como "chuquihuada" (en quichua, punta de lanza); está ubicado en la parroquia San Blas, en el centro de la ciudad, ocupa una superficie de 6 hectáreas cerradas por las avenidas 10 de Agosto, Gran Colombia y la calle Luis Felipe Borja.

Su construcción fue decidida por el Cabildo de Quito el 8 de marzo de 1596, por iniciativa del Corregidor Francisco de Sotomayor. El parque tiene una extensión de 6,3 hectáreas. Entre 1785 y 1790 se crearon los caminos y se instalaron los primeros monumentos en su interior, el que fue cerrado en una extensión aproximada a su actual dimensión. Hasta 1873, fecha en que comenzó la construcción del Observatorio Astronómico, el triángulo que forma hoy este paseo fue usado para pastorear animales. A pesar del tiempo transcurrido, continúa siendo un importante centro para la distracción y relajamiento de los residentes de Quito.

La Alameda es el parque más antiguo de Quito. El sector donde hoy se asienta era conocido por los nativos de la zona como Chuquihuada (punta de lanza), presuntamente debido a la forma triangular de la planicie de terreno que el parque ocupa hasta hoy. El cabildo de la ciudad colonial, conciente de la necesidad de un espacio de recreo para los quiteños al más puro estilo de las ciudades europeas, decide la delimitación de un área verde en el extremo norte de la ciudad. Los trabajos inician inmediatamente después de la firma del decreto del corregidor, Francisco de Sotomayor, el 8 de marzo de 1596.

Entre 1785 y 1790 se crearon algunos de los caminos interiores que rodeaban la pequeña laguna natural y que aún hoy se conservan, se instalaron los primeros monumentos en el interior para embellecer el lugar, y se cerró el perímetro con un muro decorativo bajo. Desde el inicio de la vida republicana de la nación hasta aproximadamente 1873, cuando se inició la construcción del Observatorio Astronómico, el parque fue utilizado por pastores de ovejas, que llevaban sus animales a pastar en el lugar.

En 1877 se emprende una reestructuración integral del parque ordenada por Marieta de Veintimilla, sobrina del presidente Ignacio de Veintimilla y que hacía las veces de vicepresidenta de la nación y también de Primera Dama. Su rediseño le brindó al parque un estilo más ajardinado y europeo, placentero para los paseos de la alta sociedad quiteña de la época.

En 1887 se inauguró en el extremo norte del parque un edificio de estilo alpino, construído totalmente en madera, que albergó el primer Jardín Botánico de Quito, mismo que era dirigido por el sacerdote e investigador jesuita Luis Sodiro. Años después ese mismo edificio sería utilizado para convertirse en la primera Escuela de Bellas Artes de Quito, hasta que un incendio acabó con la estructura a finales del siglo XIX.

Pasear por la Alameda, en familia, resulta ameno. Entre los sitios o lugares maravillosos, como atractivos del parque están: la iglesia de El Belén y el famoso Churo, mirador popular, en la calle Sodiro; hacia el interior, la laguna artificial y el paseo acuático en bote; el Observatorio Astronómico, construcción iniciada en 1873, en la plazoleta central, hoy, administrado por la Escuela Politécnica Nacional; el monumento dedicado a la Misión Geodésica Francesa, inaugurado en 1913; el monumento en homenaje a Simón Bolívar, inaugurado el 24 de julio de 1935, hace 75 años. El busto dedicado a Manuelita Sáenz; el obelisco en recordación al ecuatoriano, Alférez Honorario, Francisco Suárez Veintimilla, fallecido en acción de guerra, en Marruecos.


Referencias:
Noticias Quito (2010-12-20) “La Alameda, el parque emblema de Quito”. Recuperado el 31 de diciembre del 2012 desde:  http://www.noticiasquito.gob.ec/Noticias/news_user_view/la_alameda_el_parque_emblema_de_quito--2142
Quito (s.f.) “Parque Alameda”.  Recuperado el 31 de diciembre del 2012 desde:  http://www.quito.com.ec/index.php/explora-y-disfruta/parques/parque-alameda


PARQUE EL EJIDO




A más de contar con árboles declarados patrimoniales, sectores únicos para el juego de pelota nacional, exhibiciones populares de arte y teatro, en el lugar está el monumento a Eloy Alfaro y su leyenda.

En el límite entre el centro y   norte de la ciudad se encuentra el parque   El Ejido, escenario de muchos pasajes de la historia y centro de paseo y recreación de más de una decena de generaciones.

El parque El Ejido marca la división entre la ciudad antigua y la moderna, aquí habitan 1.470 especies de plantas nativas como el cholán, aliso, chamburo, las palmeras y los guabos.

Durante los fines de semana se pueden adquirir obras de arte, joyas en plata, ponchos, sacos, chalecos, entre otras novedades autóctonas.

En éste parque todos los días se juegan partidos de ecuavoley que atraen la atención del público. Además las personas se congregan para disfrutar de los tradicionales juegos populares de los cocos cuyo objetivo consiste en sacar a éstos (bolas grandes de metal) del interior de un círculo trazado en la tierra y se debe eliminar de un pepo (golpe) a los adversarios.

También los fines de semana, y cobijados por la imponente Puerta de La Circasiana (un arco de piedra de 8 metros de alto con grabados renacentistas que en tiempos pasados fue la puerta de entrada al Palacio del mismo nombre), se realizan exposiciones culturales en las que se puede adquirir obras de arte, joyas en plata, ponchos, sacos, chalecos, entre otras novedades.

Aquí también se juegan partidos de voleibol que atraen la atención del público, pero no más que los tradicionales juegos populares de los cocos. El objetivo es sacar unas bolas grandes de metal (los "cocos") del interior de un círculo trazado en la tierra y eliminar de un "pepo" (golpe) a los adversarios.

El General Eloy Alfaro fue incinerado el 28 de Enero de 1.912. Para recordar este suceso, se edificó "la llama ertena", que recuerda al Viejo Luchador y su importante obra.

En el parque El Ejido, localizado al sur de la zona turística de la Mariscal, todos los fines de semana acoge un mercado artesanal en el cual quiteños y visitantes pueden ir en busca de arte y artesanías.

Quito cuenta  con un espacio diferente, una biblioteca familiar ubicada dentro en el parque El Ejido. Un lugar que busca congregar a la familia en torno a los libros y a las expresiones artísticas.

Varios artistas, colocan sus obras y sus coloridos lienzos al costado norte del parque (Avenida Patria) 
para poder promoverlos entre la ciudadanía. También hay casetas donde se venden artesanías y recuerdos.

Durante los últimos meses este parque emblemático de los quiteños se ha sometido a unos procesos de rejuvenecimiento. Así, se puede seguir apreciando la cantidad de cuadros que artistas del país entero despliegan a lo largo del contorno del parque. Y en el interior, puestos de artesanías y textiles le muestran la variedad y calidad de las obras de nuestro país.

Existe una sala que es la de expresión cultural, en la que  promueven los valores ciudadanos a través de diferentes manifestaciones artísticas y culturales, como música, danza, teatro, títeres, pintura, entre otras.

El  Instituto Metropolitano de Patrimonio Cultural de Quito ha regresado a la vida a este emblemático lugar, ya que colocó la señalización, instaló iluminación ornamental y mejoró los espacios emblemáticos, como   monumentos, jardines, espacios deportivos, implementó seis instalaciones hidrosanitarias, compactación de caminerías y el rediseño del sistema de circulación peatonal.



Referencias:
El Telégrafo (22 OCT 2011) “El Ejido, un sitio para la distracción, el arte, la cultura y la historia”. Recuperado el 31 de diciembre del 2012 desde: http://telegrafo.com.ec/2012-11-23-16-29-49/quito/item/el-ejido-un-sitio-para-la-distraccion-el-arte-la-cultura-y-la-historia.html
Parques en Quito (s.f.) “Parque El Ejido”. Recuperado el 31 de diciembre del 2012 desde: http://www.in-quito.com/uio-kito-qito-kyto-qyto/spanish-uio/parques-quito-ecuador/quito-parque-el-egido.htm

PARQUE DE LA CAROLINA



Parque La Carolina. Espacio verde de carácter público de la ciudad de Quito, capital de Ecuador. Está ubicado en la zona de Iñaquito, en el corazón financiero y empresarial de la capital ecuatoriana y es a su vez una de las áreas verdes más importantes de la urbe.

El lugar en el que se asienta el parque fue hace no más de un siglo parte de la hacienda La Carolina", propiedad de la familia Jijón, Condes de Casa Jijón, y llevaba este nombre como apelación al Vizcondado de la Carolina Malagueña, concedido en 1784 por Carlos III a Miguel de Jijón y León, quiteño que adquirió en 1771 algunos terrenos en el límite urbano a la Municipalidad de Málaga, espacio conocido con el significativo nombre de Garrapatal de Santa Ana, que comenzó sus obras de urbanización del nuevo barrio comenzaron inmediatamente y que Jijón lo llamó barrio de la Carolina Malagueña, que el vulgo bautizó después como barrio del Nuevo Mundo, en honor a Jijón. El rey concedió a éste en 1784 el título de conde de Casa Jijón, previo el Vizcondado referido.

Hasta 1920 el área estaba destinada a tierras de pastoreo de ganado, debido principalmente a las docenas de ciénegas y lagunillas que existían en el lugar, y que hacían imposible un uso diferente.

Para la década de 1930, la ciudad de Quito seguía extendiendose cada vez más al norte, y la familia Jijón decide entonces vender la hacienda por partes, para permitir así, el desarrollo de la urbe moderna. El municipio decide entonces expropiar dichos retazos de la antigua hacienda de los Condes en 1935, y transformarla en un oasis de verdor planificado que prevían necesitaría el creciente sector en el futuro. Es así como nace el Parque La Carolina, con un nombre que hacía alusión al antiguo nombre de las tierras.

Con la inauguración del Centro Comercial Iñaquito (CCI), en 1971, el sector tomó un carácter eminentemente comercial, y las familias quiteñas que salían a dar una vuelta por el nuevo centro de consumo, decidían quedarse en las parcelas aún desorganizadas de la antigua hacienda convertida en parque, ubicadas junto al CCI, para divertirse sanamente al aire libre. Es entonces que se ve la necesidad de una planificación moderna apropiada para cubrir las demandas de la ciudadanía, y el municipio emprende la reestructuración del parque en 1976, en la que se incluyó los predios del Hipódromo de Quito que funcionó hasta 1974.

Con un área de 640.000 metros cuadrados, es decir 64 ha de terreno,"La Carolina" es uno de los parques urbanos más grandes del Ecuador. El parque está enmarcado por las avenidas De Los Shyris, Eloy Alfaro, Amazonas, República y Naciones Unidas en el sector de Iñaquito a 2760 msnm.

En este parque puede divertirse en los jardines, jugar fútbol, practicar baloncesto, patinar, ejercitar su cuerpo haciendo aeróbicos, montando a caballo o simplemente caminar junto a la familia o amigos.

La infraestructura con que cuenta el campo son:

Canchas de fútbol, basquet, volley ball y tennis, trayecto atlético, circuito bici cross, pista para patinaje y acrobacias en bicicleta, área de ejercitación deportiva, área de juegos infantiles, centro de exposiciones, cinco parqueaderos de vehículos, comedores y centros de socialización.
Dentro de la composición espacial del parque, se pueden diferenciar siete grandes zonas:

  • ·         Zona deportiva
  • ·         Zona aeróbica.
  • ·         Zona infantil.
  • ·         Zona de la laguna.
  • ·         Zona de patinaje.
  • ·         Boulevard.
  • ·         Estacionamientos.
  • ·         Jardín Botánico de Quito.
  • ·         Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales.
  • ·         Vivarium.
  • ·         Avión de la Fantasía.
  • ·         Parque Náutico
  • ·         Cruz del Papa.
  • ·         Campana de la Paz.
  • ·         Restaurantes.
  • ·         Baños.
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Referencias:
Parques en Quito (s.f.) “Parque la Carolina”. Recuperado el 31 de diciembre del 2012 desde: http://www.in-quito.com/uio-kito-qito-kyto-qyto/spanish-uio/parques-quito-ecuador/quito-parque-la-carolina.htm
Viajandox (s.f.) “Parque la Carolina”. Recuperado el 31 de diciembre del 2012 desde: http://www.viajandox.com/pichincha/parque-la-carolina-quito.htm

lunes, 24 de diciembre de 2012

PARQUE ITCHIMBIA





El Parque ocupa la cima y las laderas de la loma del Itchimbía, está rodeado de barrios tradicionales como el Dorado, La Tola y San Blas. Es un mirador único que ofrece una vista de 360º de Quito y su entorno. Si el cielo está despejado se puede divisar la ciudad, los valles de Turubamba y de Tumbaco, el Pichincha, el Cayambe, el Antisana, el Atacazo, El corazón y los Illinizas.

El Itchimbía es un lugar histórico: loma consagrada al sol y la luna por nuestros ancestros; observatorio y centro de la sabiduría andina; conocida como “La Botica de Quito”, por sus hierbas medicinales.

La loma del Itchimbía es una extensa área verde, rica en especies nativas, la misma que por su ubicación y topografía es un espectacular mirador.

Con una superficie de 54 hectáreas, de las cuales más de treinta están compuestas de chaparro, se       encuentran aproximadamente 400 variedades de flores, 40 especies de aves y una hectárea de humedal, riquezas que la convierten en un lugar interesante.

El Itchimbía, conjuntamente con las colinas de El Panecillo, El Placer y San Juan, delimitaban el espacio de la ciudad española de San Francisco de Quito, fundada en 1534.

Los conquistadores la utilizaron como uno de sus campos de cacería y entrenamiento lúdico militar, quizás contrarrestando la función sagrada que, tanto los Incas como sus predecesores Quitu-Caras, habían dado a esta alargada colina, por la cual el Dios Sol se asomaba resplandeciente cada día.

En la segunda década del siglo pasado, el eminente arqueólogo Jacinto Jijón y Caamaño realizó algunos sondeos arqueológicos en el Itchimbía. En sus informes de campo describió el hallazgo de material cultural de filiación preincaica, destacándose la presencia de una tumba con un rico ajuar funerario: una vasija trípode de amplio gollete con ocho narigueras, dos de las cuales son de oro y las otras de cobre, un par de aretes en una fina lámina de oro y un collar, además de los cascabeles de cobre. Debido a las características y riqueza de este ajuar, Jijón y Caamaño determinó que se trataba de una ocupación anterior a la conquista Inca y que los objetos encontrados son del tipo antioqueño o quimbaya.

Aquellos datos tempranos conviene añadir los vestigios descubiertos por el FONSAL en 1997, año en el que se comienza a pensar en un proyecto que haga del Itchimbía uno de los parques y centros culturales más importantes de la ciudad de Quito. Concretamente en el lado noreste de la cima se localizó una ofrenda a 72 cm b/s, conformada por una olla trípode incompleta con restos de hollín en el exterior, una olla globular asimétrica con base anular y dos compoteras, una de las cuales aparece decorada con apliques a manera de botones. Por sus rasgos característicos esta ofrenda funeraria (1250 d.C.-1534 d.C.) es interpretada como material del período de Integración; concordando así con el diagnóstico anterior.

Esta hermosa elevación fue, un espacio sagrado de especial relevancia para nuestros antecesores, tanto por la importancia simbólica que implicaba poder adorar y contemplar desde su cumbre al astro rey, en el recorrido que realiza hasta su ocultamiento, como por la ubicación estratégica sobre un terreno absolutamente irregular.

El Centro Cultural Itchimbía, inaugurado el 31 de julio de 2004, cuenta con instalaciones de última tecnología, luces robóticas, circuito cerrado de televisión, visor panorámico, temperatura controlada al interior, y una acústica que garantiza la calidad del sonido. Además, parqueaderos, camineras, áreas verdes, explanadas para mega eventos, salas de conferencias, restaurante y un salón principal de 1.300 metros cuadrados, que lo hicieron digno de ser la sede de la exposición arqueológica más importante que se haya registrado en la región andina: EL SEÑOR DE SIPÁN, ESPLENDOR Y MISTERIO.



Referencias:
Centro Cultural Itchimbia (s.f.) “Itchimbia Centro Cultural”. Recuperado el 24 de diciembre del 2012 desde: http://www.centrocultural-quito.com/itchimbia.php?c=96


PARQUE METROPOLITANO



El Parque Metropolitano, como espacio privilegiado para la observación de hermosos paisajes panorámicos, ofrece desde uno de sus costados una magnífica vista de Quito, mientras desde otros se aprecia la grandeza de la Avenida de los Volcanes y del valle de Tumbaco.

Ubicado en la Loma de Guangüiltagua, en el margen nororiental de la ciudad de Quito, el Parque Metropolitano constituye un parque-bosque respetuoso de la naturaleza y de control sostenible gracias a la responsable intervención ciudadana.

El parque se encuentra ubicado a 2.890 metros sobre el nivel del mar y registra una temperatura 
media de 11 grados centígrados, cercado por las calles Guanguiltagua, Arroyo Delgado y Analuisa. Con una extensión de 557 hectáreas, es el principal pulmón de la ciudad de Quito.

Rodeado de árboles y obras de arte gigantescas, los visitantes pueden disfrutar de la naturaleza respirando aire puro a pocos metros de la ciudad.

En la quebrada de Ashintaco, ubicada en el sector nororiental del parque, puede observar las más de diez especies de colibríes y setenta especies de aves que anidan en el lugar, algunas de los cuales están es peligro de extinción.

El parque ofrece un camino de piedra para los amantes del ciclismo de montaña.

Cada fin de semana llegan al parque, aproximadamente, entre 20 y 30 mil personas. Usted dispone, además, de los siguientes servicios:
Guardianía privada, visitas guiadas, servicio de limpieza, áreas infantiles. Sitios para realizar camping. Canchas de fútbol, volleyball y baloncesto.

Este parque es el principal pulmón de nuestra ciudad y constituye uno de los espacios públicos más importantes de Quito. Es una reserva ecológica natural ubicada en el margen nororiental a pocos metros de la ciudad y que comprende 574 hectáreas. Hasta él llegan alrededor de 20 y 30 mil personas cada fin de semana para acampar, hacer pic nic, realizar diversos deportes como ciclismo de montaña, artes marciales, yoga, capoeira, o simplemente disfrutar de recorridos por este excepcional mirador natural.

Es una reserva ecológica que, a través de varias actividades, busca promover el conocimiento de la fauna y la flora originarias de nuestra ciudad, entre ellas más de diez especies de colibríes y setenta especies de aves que anidan en el lugar -algunas de las cuales están en peligro de extinción-, por lo que es considerado como una alternativa que busca construir valores e identidad en los ciudadanos.

Una de las actividades que promueve el parque son las visitas guiadas para observación de aves, cuyo principal objetivo es conocer las diferentes especies que habitan este lugar, tales como: colibríes, tangaras, mirlos, picaflores, así como la gran variedad de plantas, permitiendo que los visitantes puedan tener contacto directo con la naturaleza para que aprendan sobre ella, la cuiden, la respeten y la valoren.

Atractivos
• Rodeado de árboles y obras de arte gigantescas, los visitantes pueden disfrutar de la naturaleza respirando aire puro a pocos metros de la ciudad.

• Quebrada de Ashintaco, ubicada en el sector nororiental del parque, donde puede observar más de 10 especies de colibríes y 60 especies de aves que anidan en el lugar, algunas de los cuales están es peligro de extinción.

• Camino de Piedra: El parque ofrece un camino de piedra para los amantes del ciclismo de montaña.

Servicios
El parque dispone, de los siguientes servicios: Guardianía privada, visitas guiadas, servicio de limpieza, áreas infantiles. Sitios para realizar camping. Canchas de fútbol, volleyball y baloncesto.



Referencias:
Quito (s.f.) “Parque Metropolitano Guangüiltagua”. Recuperado el 24 de diciembre del 2012 desde: http://www.quito.com.ec/index.php/explora-y-disfruta/miradores/parque-metropolitano
Viajandox (2012) “Parque Metropolitano”. Recuperado el 24 de diciembre del 2012 desde: http://www.viajandox.com/pichincha/parque-metropolitano-quito.htm

CONVENTO EL BUEN PASTOR




Cuando Hortensia Haro tomó los hábitos en el convento del Buen Pastor, a sus 23 años, nuevamente fue bautizada con el nombre de madre María de Santa Rosa. “Antes era la Madre Superiora quien nos ponía el nombre, el día en que recibíamos los votos”. Se lo hacía por las inclinaciones y personalidad de cada novicia.

Recuerda que lo recibió con mucha alegría, pues el nombre coincidía con el de su madre, Rosa Avilés. Desde entonces, no ha dejado de vestir el velo azul marino y el hábito blanco, que luego fue cambiado por uno de color crema. A sus 98 años, la madre Rosita comparte su experiencia y sus consejos con otras siete religiosas que aún habitan en el convento del Buen Pastor, en el sector de La Recoleta.

Ha dedicado gran parte de su vida a la educación y a las obras sociales. Aprovecha el sol que ingresa por las ventanas del convento para entibiar sus manos. Tiene el pelo cano, la tez blanca y un ánimo inquebrantable.

En un terreno de 2 hectáreas, junto al Ministerio de Defensa, se distribuyen el convento, un museo, una capilla, una casa de acogida, la Escuela Ángel de la Guarda y varios locales comerciales que arriendan para la manutención del monasterio y para costear las obras sociales.

Las primeras religiosas llegaron desde Canadá en 1871. Fue por pedido del entonces presidente Gabriel García Moreno. El propósito era crear un centro de acogida para la reeducación, rehabilitación y guía espiritual de mujeres abandonadas, huérfanas o que habían incurrido en actos de delincuencia y prostitución. “Ora es labora”, es una de las frases que inspira y motiva la labor social de esta congregación.

Entonces, las religiosas se instalaron en la Recoleta de Nuestra Señora de la Peña de Francia. Este fue un convento dominico, fundado por Fray Pedro Bedón, en 1600. Por un camino de piedra, la hermana Liz Reascos, guía y administradora del museo, desciende hacia la parte trasera del convento donde se conserva un antiguo mural, dentro una ermita. En este sitio encontraron siete cuevas que eran utilizadas por los frailes dominicos para los retiros espirituales y sus penitencias.

El Buen Pastor, representado en una escultura de piedra traída desde Latacunga, se impone en el patio central del convento. Alrededor se levantan tres pisos con muros que bordean los 80 cm de ancho. En la segunda planta, entre los corredores de madera están las habitaciones con una cama, un armario, una cómoda y un reclinatorio que revelan la sencillez con la que viven las religiosas.

La hermana Liz explica que el recorrido por el convento, la capilla y el museo dura alrededor de 45 minutos. El arte religioso se distribuye en varias habitaciones de los tres pisos. La capilla, de una sola nave y tres cúpulas sobre el altar mayor, recibe cada domingo, a las 08:00, a los feligreses y visitantes que acuden a oír misa.

En las paredes y techos se destacan los detalles florales pintados por las primeras religiosas que llegaron a Quito. Enredaderas y flores de lis enmarcan ángeles y santos que custodian el colonial templo. El frío y la humedad están acelerando el proceso de deterioro de los murales de este conjunto patrimonial. En dos pequeños nichos a ambos lados del altar se teje otra de las sorprendentes historias de este convento. “El corazón de Gabriel García Moreno y de monseñor José Ignacio Checa y Barba se guardaban en esos nichos”, comenta la hermana Liz.

Explica que actualmente hay unas 20 religiosas del Buen Pastor que mantienen una vida de retiro en Pomasqui y El Quinche.

De sus hábiles manos salen las bandas presidenciales que por años han lucido los jefes de Estado ecuatorianos.




Referencias:
Diario El Comercio (26/04/12) “Convento El Buen Pastor”. Recuperado el 24 de diciembre del 2012 desde: http://www.elcomercio.com/quito/Convento-Buen-Pastor_3_689361070.html

sábado, 22 de diciembre de 2012

CONVENTO SANTA CLARA



Fue fundado en 1596 por doña Francisca de la Cueva, deseosa de reparar cierto abuso de autoridad que le valiera a su esposo excomunión.

En 1645 hubo un temblor en Quito que amenazó la ruina del convento de Santa Clara. La abadesa, Sor Jerónima de San Agustín, se propuso la reconstrucción de la iglesia y sus dependencias. 

Con ese fin contrató al arquitecto más famoso de la época: fray Antonio Rodríguez. Este religioso franciscano fue castigado y enviado a Lima en 1657 por denuncias de algunos de sus compañeros. 

La abadesa protestó puesto que faltaban aún por hacer la media naranja de la iglesia, el refectorio y el dormitorio de las monjas. 

El Convento tiene un interesante duomo elíptico que lo cubre, la cúpula ochavada con linterna en el ábside, el conjunto de cupulines y la torre con campanario. 

En la iglesia son dignos de verse el retablo de los cuatro evangelistas, el púlpito, algunos cuadros y la estatua de San Diego, obra del Padre Carlos. Las naves laterales son de bóveda de crucería. 

La iglesia no tiene torre y el claustro cuadrado consiste en arcos que se apoyan sobre pilares ochavados.

Es la primera vez, desde hace 415 años, que las religiosas de Santa Clara, en un gesto de generosidad y cariño con los habitantes de Quito, abren sus puertas al público para que tenga la oportunidad no solamente de admirar la riqueza artística de las obras que forman parte de esta exhibición, sino que sea la ocasión para conocer de cerca la historia y el desarrollo de la Orden de Santa Clara en Quito.

Un monasterio que tiene más de cuatro siglos de historia abre sus puertas.
En él se escribió la primera obra de literatura mística de América, que es investigada por expertos argentinos.

Cuatro siglos de historia están encerrados en estos muros anchos y blancos. El portón del claustro se abre pesadamente y la abadesa Lucila rompe el silencio de la clausura para compartir los secretos del monasterio de Santa Clara, uno de los más antiguos de Quito: fue fundado en 1596.

Hábito de color café, lentes y una sonrisa tímida. María Lucila del Sagrado Corazón de Jesús llegó al convento a los 22 años –ya pasaron 27– porque en su natal tierra de Cojitambo, cerca de Azogues, “tenía nostalgia de algo infinito”.

En el enorme monasterio de Santa Clara la abadesa Lucila y otras 15 religiosas practican una vida sencilla, basada en los cuatro pilares de la comunidad religiosa a la que pertenecen: trabajo, oración, estudio y fraternidad. A las cuatro y media de la mañana dejan sus celdas para iniciar el rezo y el recogimiento.

A sus 49 años, madre Lucila es desde hace nueve la responsable del funcionamiento de un
Monasterio que vive en perfecta democracia. Las religiosas eligen a su abadesa por mayoría de votos; cada hermana tiene una misión y una responsabilidad que cumplir. Si la comunidad considera que la elegida como abadesa no es apta para regir el convento le revoca la designación: esta figura fue reconocida por la constitución ecuatoriana de 2008, pero para las monjitas es una tradición centenaria.

El monasterio funciona sobre lo que fueron tres casas coloniales. Ocupa casi una manzana del centro de Quito, entre las calles Cuenca y Rocafuerte, una cuadra al sur de San Francisco.

Se extendía hasta la quebrada de Jerusalén, donde ahora es la calle 24 de Mayo.
Según los historiadores, las niñas criollas ingresaban al monasterio con un séquito de criadas. Por eso la edificación era tan grande y amplia.





Referencias:

Revista Vistazo (22/12/12) “Los secretos de Santa Clara”. Recuperado el 22 de diciembre del 2012 desde: http://www.vistazo.com/ea/reportaje/imprimir.php?Vistazo.com&id=3604

MUSEO ARQUEOLOGICO RUMIPAMBA



Entre los hallazgos están vasijas con engobe rojo pulido simple con escasa decoración; asociadas a éstas se han encontrado vasijas tipo “cáscara de huevo”, de filiación con la cultura Panzaleo, además la alta densidad de piedras facilitó la elaboración de instrumentos: buriles, martillos, pulidores.

También se ha podido dilucidar por la abundante presencia de metales que tenían una dieta basada en la preparación de granos.

La mayoría de los vestigios antes descritos hacen referencia a pisos compactos de tierra chocoto, agujeros de postes que demuestran la técnica constructiva de "bahareque" primario, muy utilizado en este estilo de casa denominada bohíos. También existen en el lugar muros de contención, tumbas de variado tipo, evidencias de un posible "culunco" similar a los caminos hundidos de los yumbos de Tulipe, ya mencionados. Todas estas evidencias están asociadas a la cerámica que abunda en el lugar y corresponden a diferentes periodos históricos.

En el museo arqueológico Rumipamba, usted podrá visitar cinco unidades de exhibición bien delimitadas. Cada una consta de fichas de información, fotografía, mapas e infografías de lo que el visitante encontrará, así como la exhibición de las evidencias arqueológicas luego de la excavación.

La visita al parque Rumipamba es muy atractiva porque permite realizar el recorrido en sus espacios originales. Además Rumipamba permite conocer un nuevo lado de la ciudad quiteña, en donde se encuentra un cúmulo de historia a través de los vestigios del pasado encontrados muy cerca de la zona comercial de la ciudad.

En medio de casas, edificios, vegetación y junto a una avenida de desfogue (Mariscal Sucre), en 1999 fueron hallados restos arqueológicos en la parroquia Altamira, al norte de Quito.

Estos se encuentran en un terreno de 35 ha entre las av. Mariana de Jesús, Mariscal Sucre, Francisco Miranda y El Pedregal.

El Fondo de Salvamento (Fonsal), dentro del Proyecto de Rescate Arqueológico Rumipamba, estudia los vestigios encontrados, que corresponden el Período de Integración (500ac-1500dc).

Holger Jara, jefe de investigación del Fonsal, dice que a largo plazo (cerca de un año), en el lugar se instalará un museo de sitio y un parque botánico.

En Quito todavía tenemos un rincón de vegetación vernácula (guarango, chilca, caballo chupa, capulí, etc.).

Queremos proteger las plantas y la micro fauna (conejos, aves y lagartijas) que allí existen, afirma. Paulina Terán, encargada técnica de las investigaciones en Rumipamba, por parte del Banco Central, indica que hasta el momento se han descubierto una tumba, hoyos de poste que indican la presencia de viviendas, material cerámico y muros de piedra que protegían de deslaves y lava producto de las erupciones del volcán Rucu Pichincha.

La inversión y las investigaciones están a cargo del Fonsal y el Banco Central. No hay cifras exactas.
Los vestigios de hace 1 500 años, como esqueletos y vasijas, se encuentran en el museo arqueológico de Rumipamba.

Las piezas que se hallaron allí también tienen la forma de platos y urnas funerarias. En el lugar se pueden ver excavaciones en proceso de estructuras construidas por los Quitus.

En las investigaciones hechas por el Instituto de Patrimonio se descubrió que allí había vestigios de 1800 a. C. hasta 1 500 d. C. La mayoría pertenece al período conocido de Integración, según los análisis de carbono 14. Se conoce así a esta etapa porque era la época en que las tribus intensificaron el intercambio comercial entre ellas y propiciaron su integración.





REFERENCIAS:

Diario EL COMERCIO (26/01/2011) “Los vestigios arqueológicos de Rumipamba”. Recuperado el 22 de diciembre del 2012 desde: http://www.elcomercio.ec/quito/vestigios-arqueologicos-Rumipamba_0_415758447.html

Notiquito (10 de febrero de 2009) “Museo Arqueológico Rumipamba”. Recuperado el 22 de diciembre del 2012 desde: http://notiquito.blogspot.com/2009/02/museo-arqueologico-rumipamba.html


MUSEO DEL BANCO CENTRAL



En el complejo cultural de la Matriz de la Casa de la Cultura Ecuatoriana se encuentra el Museo del Banco Central del Ecuador que se inauguró en 1969 y exhibe piezas de: Arqueología, cerámica, arte colonial y republicano, arte contemporáneo.

Una de sus colecciones es la arqueológica obtenida de Max Konanz, cuya colección dio parte de inicio del museo. Otras de sus colecciones son: artísticas y numismáticas.

Con el pasar del tiempo no fue considerado solamente un museo, sino como "la dimensión cultural del desarrollo", idea que fue realizada por la UNESCO, gracias a esto el museo fue principio de la cultura que debe estar en el centro del desarrollo del país.

El Museo Numismático del Banco Central del Ecuador, muestra al público nacional y extranjero el proceso evolutivo de la moneda en el Ecuador desde los sistemas de intercambio ó trueque estructurado por las sociedades aborígenes prehispánicas, el origen de la moneda y su proceso evolutivo ocurrido durante el período colonial, la etapa republicana y surgimiento de la Casa de Moneda de Quito, la emisión de billetes de diferentes bancos hasta la consolidación del Banco Central del Ecuador sus emisiones hasta la dolarización.

Tiene además, un almacén donde vende monedas conmemorativas, medallas y catálogos informativos del contenido de sus salas. Cuenta con un área interactiva ó lúdica para grupos de estudiantes donde se desarrollan talleres de actividades manuales en la temática numismática. Dispone de un Auditorio donde se exhiben videos sobre la Historia de la moneda.

El Museo Nacional del Banco Central del Ecuador, tiene como premisa que la muestra permanente y las temporales nos permitan leer la historia del país de un modo distinto, a manera de un libro abierto por el cual la sociedad conozca  el substrato básico de su cultura a través del patrimonio cultural arqueológico y artístico que expone en sus salas.

En el Museo nacen culturas de gran importancia y prestigio como Guangala, Manteños, La Tolita, Jama Coaque; en la Costa. En la región Andina, desde el Norte: Cuayquer, Pastos, Tusas, Caras, Cayambis, Cochasquíes, Quitus, Panzaleos, Puruhaes, Cañaris. En la Región Amazónica: Sangays, Pelileos, Quijos y Cosanga.

El museo posee una extraordinaria muestra de máscaras ceremoniales hechas de oro. Lo más impresionante del Museo de Banco Central esla Salade Arqueología con sus artefactos de la era precerámica (15000 AC) hastala era Inca(1533 DC). Las técnicas para trabajar oro y platino fueron extraordinariamente avanzadas para esa época. Además de la fantástica similitud con objetos encontrados en Asia, y en el Japón en particular lo que hace pensar que en esos tiempos hubo vínculos entre las culturas a lo largo del Océano Pacífico.

En la Sala de Oro se pueden ver objetos dela cultura Inca, en la que nadie puede resistir a la impresión por la belleza y el peso de los adornos corporales. Por lo que se puede explicar la locura de los españoles y su cruel conquista de El Dorado. También hay secciones de arte colonial, republicano y contemporáneo.

Atractivos:
• Sala de Arqueología: Sujeta toda la serie de la prosperidad y el desarrollo histórico del hombre en el Ecuador, con relación al hombre en América y el poblamiento de América como del actual territorio ecuatoriano.

• Sala de Arte Colonial: La sala se encuentra en un segundo piso, es un gran salón de un solo ambiente y contiene obras pictóricas y escultura en madera policromada y encarnada perteneciente a los siglos XVII, XVIII y XIX.

• Salas de Pintura Republicana y Contemporánea: Son salas que se ubican a continuación de la Sala de Arte Colonial. La pintura republicana cuenta con algunos representantes de valía nacional: Pinto, Manosalvas, Guerrero. La pintura contemporánea está representada por Kingman, Guayasamín, entre otros.




Referencias:
Viajandox (s.f.) “Museo del Banco Central del Ecuador”. Recuperado el 22 de diciembre del 2012 desde: http://www.viajandox.com/pichincha/museo-banco-central-quito.htm

Quito (2012) “Museo del Banco Central”. Recuperado el 22 de diciembre del 2012 desde: http://www.quito.com.ec/index.php/actividades/arte-y-cultura/museos1/museo-del-banco-central
Banco Central del Ecuador (2012) “Museo Numismático”. Recuperado el 22 de diciembre del 2012 desde: http://www.bce.fin.ec/contenido.php?CNT=ARB0001010


sábado, 15 de diciembre de 2012

MUSEO DE AGUA - YAKU



Yaku, que en kichua significa "agua", es un espacio interactivo que propicia la educación ciudadana y la apropiación del patrimonio agua, como legado colectivo y estratégico, a través del encuentro intercultural, el aprendizaje, la reflexión y la interpretación.

El Parque-Museo del Agua, denominado Yaku, está ubicado en el centro histórico de Quito, en el barrio ‘El Placer’, sobre los primeros tanques de recolección y purificación que abastecían de agua a la ciudad de Quito desde principios del siglo XX. Yaku es un museo interactivo que permite disfrutar mientras se aprende. Es un lugar de esparcimiento que ofrece una vista privilegiada de Quito en medio de un entorno estético.

Yaku abrió sus puertas el 6 de diciembre del 2005 y, en la actualidad, recibe a más miles de visistantes, quienes han experimentado un contacto intenso y personal con el elemento agua, creando una conciencia propia sobre lo que el líquido significa para su vida y su futuro.

El museo se asienta en la primera Planta de tratamiento y almacenamiento de agua de Quito, fundada en 1913, allí se instalaron los primeros tanques de recolección y purificación de agua. Más tarde, en 1957, con la instalación de la nueva planta de tratamiento de la Municipalidad, las familias quiteñas adoptaron este sector como destino para paseos, costumbre que duró hasta mediados de los años 80.

Aquí  la ciudadanía puede conocer sobre este estratégico recurso, así como los conocimientos, intercambios y reflexiones que el mismo provoca. El Yaku está localizado en el barrio antiguo de El Placer, en las faldas del volcán Pichincha y es uno de los más tradicionales y simbólicos de la ciudad. Su localización hace que sea un estratégico punto de observación y contemplación. En el pasado yacían aquí fuentes de agua que eran una simbólica y espiritual conexión entre la naturaleza y la actividad social. El museo del agua garantiza una gran vista desde las faldas del volcán Pichincha hacia el Centro Histórico. Los visitantes podrán ser guiados por varios lugares, donde los niños y adultos podrán divertirse.

La tradición oral cuenta que en este sector se levantaron baños ceremoniales y de purificación del Inca Atahualpa y que se los conocía como las “Casas del Placer del Inca”, razón por la cual el barrio habría mantenido ese nombre.

El parque Museo del Agua recientemente inaugurado en la ciudad de Quito por la Corporación Vida para Quito, la Municipalidad, la EMAAP-Q y el FONSAL, tiene como objetivo básico convertirse en una alternativa educativa orientada al conocimiento, valoración y disfrute del agua, uno de los patrimonios vitales para el ser humano.

Su estructura metálica y de vidrio de 2.365 m2 de construcción, cuenta con una vista privilegiada del centro histórico de Quito.

Los recorridos por el Parque Yaku han sido dispuestos en tres ejes que se caracterizan por sus actividades lúdicas e interactivas.

•          El primer eje, dedicado a la temática Agua Viva, el cual trata sobre la composición química y las características del líquido vital.

•          El área denominada Agua que Crea es el segundo recorrido, el cual destaca la importancia biológica del Agua como fuente de vida.

•          El tercer eje corresponde a la zona Nuestra Agua la cual muestra la relación entre el agua y el ser humano.

•          En el Parque-Museo del Agua todo es novedoso y divertido, la máquina de hacer tornados, el salón de hacer burbujas, los juegos interactivos.

•          Otro de los atractivos es la iluminación nocturna de la edificación de Yaku.
En distintos lugares del Museo es posible observar las estructuras antiguas que narran una parte de la historia del uso del agua en la ciudad.

•          En este lugar existen Piletas para demostrar que el agua además de vital y creadora, tiene fines estéticos.
          El salón de las burbujas, es una de las muchas experiencias interactivas del museo.



Referencias:
Skyscrapercity  (21 de abril del 2006) “YAKU: Museo del Agua Quito Ecuador”. Recuperado el 15 de diciembre del 2012 desde: http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=341463
In – Quito (s.f.) “Yaku Parque Museo del Agua”. Recuperado el 15 de diciembre del 2012 desde: http://www.in-quito.com/uio-kito-qito-kyto-qyto/spanish-uio/museos-quito-ecuador/quito-museo-del-agua.htm